10 de diciembre de 2016

Crónica: Así señalamos el nuevo escondite de Gavazzo



Crónica de una acción de denuncia


Este sábado 10 de diciembre –día de los DDHH- sobre las 15 hrs. Plenaria Memoria y Justicia desembarcó en Parque Miramar. El motivo; señalar el nuevo escondite de José Nino Gavazzo.

Cuando a los torturadores, asesinos, violadores y secuestradores, se les brinda la libertad de estar en sus casas, amparados por la impunidad que les brinda el Estado, la memoria se pone en acción.

A finales de Noviembre el semanario Brecha dio a conocer la noticia de que finalmente el torturador obtuvo el permiso de la justicia para mudarse a un lugar donde sin duda va a poder movilizarse con más impunidad que en su anterior domicilio en donde gracias a la condena social, el criminal ya estaba escrachado.

Frente a esta nueva situación, nuestra postura fue unánime: ¡A donde vaya lo iremos a buscar! Dijimos y  sí, a donde vaya va a ser señalado, sus vecinos van a saber que está ahí y lo van a repudiar como pasó en Pocitos. Porque no olvidamos sus morbosos e impunes acosos al pueblo, su soberbia tortuosa, su sádica sonrisa de muerte, la condena social llena el vacío que el Estado le concede como beneficios. Por eso teníamos que señalar su nueva casa de García Lorca 7818 en Parque Miramar.

La premisa; llegar de forma no anunciada frente a su nuevo escondite cargados de carteles, leer su prontuario y partir, y mientras organizábamos la visita sorpresa nos enteramos de que la causa que la familia de Gavazzo abrió contra la compañera de Plenaria, Irma, finalmente fue archivada.

Sábado 10 de Diciembre

A las 15: 03 llegamos a la puerta de su lujosa casa, nos paramos con carteles de compañeros y compañeras desaparecidas, otros y otras de rodillas con capuchas de tortura para recordar cómo era. Julio Castro, Elena Quinteros, Adalberto Soba, León Duarte, Gerardo Gatti, fijaron sus eternos ojos en su puerta. El legado de lucha de los compañeros y compañeras encarnados en la acción de la memoria no lo dejan ni lo van a dejar en paz. 

El silencio se rompió con la lectura a voz alta de su extenso prontuario. “La justicia lo ha procesado por 28 crímenes, ha cometido muchos más. Hoy vive rodeado de lujo, ostentando todos los privilegios que la impunidad puede comprar en su nueva –supuesta- prisión domiciliaria. Pero no importa cuántas veces se mude ni de cuantos lujos se rodee… ¡A donde vaya lo iremos a buscar!” Y continuó: Gavazzo solía torturar a sus víctimas a cara descubierta y, entre otros detalles, le producía deleite encender cigarrillos con un Zippo que lucía el emblema de la CIA y que le había sido obsequiado tras sus cursos en los servicios estadounidenses.”

Los minutos de la tarde sabatina pasaron, la tortura y el secuestro prosigue, la acción duró unos cuantos minutos, acompañada por vecinos que se arrimaron a solidarizarse. Está claro, ¿a quién le gustaría vivir al lado de un torturador asesino como Nino? Los encapuchados y encapuchadas seguían de rodillas al sol, los carteles con las caras de las y los desaparecidos continuaban de pie, sus torturas en el S2 del Grupo de Artillería Nº 1 integrado a la oficina Coordinadora de Operaciones Antisubversivas (OCOA), en Automotores Orletti en Buenos Aires, seguían expresándose desde la calle. Los vecinos expresaron su desprecio a Gavazzo y su apoyo a la acción con aplausos.

Nuestra postura quedó bien clara, Gavazzo no va a gozar de su libertad en paz.

Esta es la primera de varias acciones que realizaremos para recordarle que el pueblo no olvida, que la memoria  se moviliza, que la lucha de las compañeras y compañeros que asesinó y de los que mantiene desaparecidos, está más viva que nunca. No nos interesan las prebendas y los beneficios que la in-justicia del Estado les brinde a los torturadores sueltos, la condena social movilizada es el mecanismo del pueblo para quebrar la impunidad que ostentan.

“¡Elena Quinteros, presente! ¡Adalberto Soba, presente! ¡Simón Riquelo, presente! ¡Julio Castro, presente! ¡Ahora y siempre!”. Así sobre las 15: 20 fue llegando el final de la acción. La del estribo la entonó un compañero con sus ojos vendados, que con su flauta traversa entonó una canción original que terminó de estremecer el ambiente. Profundos sonidos de la memoria que, como dice la murga, se van prometiendo volver.    



Vídeo de la actividad



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