Proclama leída en la movilización de Rescate:
Gerardo
Gatti vivió aquí, en este barrio, en ese edificio. Gerardo fue muchas cosas,
fue lo que construyó, lo que decidió, lo que determinó, lo que lo definió.
Estudió derecho, literatura, de profesión linotipista, gráfico. Fue padre, marido,
amigo. Fue militante: dirigente de la
FEUU, de la ARU, presidente del Sindicato de Artes Gráficas, fundador y
referente de la Federación Anarquista Uruguaya, dirigente sindical, fundador de
la OPR33 y del Partido por la Victoria del Pueblo. Dirigió el periódico Lucha
Libertaria, Rojo y negro, Las Cartas y ÉPOCA.
Pero
rescatar su memoria no sólo implica recordar donde vivió, qué estudio, donde
militó. Rescatar su memoria es hacer trascender su historia, reconstruir, darle
vigencia, darle un contexto, una continuidad. Rescatar implica salvar del
olvido, un olvido que nos viene implantado, prefabricado, saldado. Un olvido
que pretende ponerle un punto y aparte a la historia, cómo se cuenta y como se
interpreta, pretende descontextualizar, aislar, desdibujar, reconciliar.
¿Para
qué el olvido? ¿Por qué el olvido?. Para callar. Para no nombrar las luchas,
para no hablar de revolución, para no concientizar a los oprimidos, para no
identificar a los opresores, porque no les conviene que comprendamos que hay
continuidades históricas, que se replican en la represión de ayer, en la
represión de hoy. El olvido para prohibirnos pensar que otro mundo es posible,
un mundo donde, como decía Gatti, Consejos
y federaciones de comités obreros, de vecinos de barrio; comunas o consejos
rurales de campesinos sean distintas formas a través de las cuales los
trabajadores se organicen para defender los procesos revolucionarios contra la
contrarrevolución interna o la agresión externa y para administrar, ordenar y
conducir el conjunto de la vida social.
Gatti no sólo habló de solidaridad, la forjó,
con sus actos, con sus luchas, con sus ideas. También amasijo el
internacionalismo, ya que las luchas no son de uno u otro país, sino de los
pueblos. Gatti se planteó la construcción de poder popular y así la encarnó, a
prueba y error, acierto y desacierto, sin recetas, pero en una búsqueda inapelable,
con apertura, pero con seguridad, donde la unión, no era para él solo una
palabra más dentro de un discurso, la unión era la estrategia clave para la
victoria de los pueblos.
Por
todo esto hoy y todos los días lo rescatamos del silencio, lo rescatamos del
olvido, y gritamos que NO, que ni el centro de detención, tortura y exterminio
“Automotores Orletti”, Ni la patota de la OCOA, de la SID, ni los vuelos de la
muerte que salían de Uruguay hacia Buenos Aires, ni la banda de Aníbal Gordon
que perpetró en Argentina el secuestro y la tortura de unos 300 exiliados
chilenos, uruguayos y bolivianos, que desvalijó sus casas y creó estafas
extorsivas negociando supuestas libertades a cambio de dinero. Ni el Plan
Cóndor coordinado entre los milicos de diferentes países de Latinoamerica por
el cual se implantó el Liberalismo y el imperialismo yankee a través del terror.
Ni la tortura, ni la persecución a su familia, ni el ensañamiento, ni la
desaparición, ni la muerte, borran de nuestra memoria sus luchas, sus ideas,
porque es parte de nuestra historia, porque tiene vigencia, porque es parte de
cada uno y de cada una que estamos en la lucha, que resistimos a este modelo
económico y político, que también creemos que otro mundo es posible. Que
creemos en la solidaridad de los pueblos, en el internacionalismo, porque no
nos pueden obligar a la amnesia, al individualismo, al silencio. Porque no
pueden apropiarse de nuestras ideas.
Y
porque, como dijo allá por junio/julio de 1975 en Buenos Aires: “…Porque confiamos más en el acuerdo que
en la imposición, en el conocimiento que en la coerción, en la libertad que en
la autoridad. Por eso somos libertarios.
Pero ya hemos ido aprendiendo que a veces las denominaciones son engañosas. Por eso no nos dedicamos a pegarle etiquetas a la lucha de los oprimidos. Puede haber gente que llamándose en forma parecida no sepa bien lo que quiere, y hay también quienes con otro nombre, o a veces hasta sin saber darle nombre, buscan lo mismo.
A todos los que sin mezquindades, a su manera y en su medida luchan por estos ideales, los llamamos compañeros.”
Gerardo Gatti presente Ahora y Siempre!
Arriba los que luchan.
Plenaria Memoria y Justicia.
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